Columnas

La Reina de las Gelatinas

Balcón mexicano, por Habib Succar Guzmán.

Aquí en mi pequeño balcón mexicano, desde la altura y la distancia, estamos contemplando cómo una hija ilustre de Hidalgo, con raíces otomíes y una vida marcada por la pobreza y la escasez, se abrió paso en la vida, los estudios y los negocios y llegó a coronarse como una empresaria exitosa y ejemplo para la ciudadanía.

Así como lo leen: México tiene ahora en la “lista de mujeres notables” a la inconfundible y muy famosa hidalguense Xóchitl Gálvez, quien es senadora plurinominal por el Partido Acción Nacional (PAN, aunque ella dice y repite que no es militante del PAN), partido con el cual contendió con éxito también en el 2015 por la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, cargo que ejerció durante casi tres años de 2015 a 2018, porque renunció unos meses antes de cumplir su periodo trienal, para lanzarse a la campaña de 2018 en la cual resultó senadora del PAN.

Según hemos visto en todos los medios de prensa tradicionales de México, sean TV abierta, radio, prensa escrita, canales de Youtube, Twitter, Instagram y otras redes sociales, tenemos en Xóchitl al ejemplo vivo de superación de una pobre niña indígena que se crió en la pobreza, con un padre alcohólico que agredía físicamente a su madre y en medio de muchas necesidades y carencias que la obligaron, desde niña, a vender gelatinas para sobrevivir, llegando a imponer un récord mundial porque vendía, según ha dicho, hasta 600 gelatinas diarias. Esa plusmarca está anotada en el libro de Guinness, sin duda alguna.

Y así como esa proeza de las gelatinas, que le valió en su pueblo natal el mote de “La Reina de las Gelatinas”, la inquieta jovencita de ascendencia indígena logró estudiar con mucho esfuerzo y se superó académicamente hasta lograr graduarse como ingeniera en computación, una actividad que, como veremos, le abrió las puertas del éxito económico.

Los méritos académicos, profesionales y de negocios de Xóchitl son innumerables y dan para escribir varios libros y contar historias muy inspiradoras de superación personal y éxito empresarial. Xóchitl llegó al extremo de pedir dinero prestado para empezar su primer negocio, que la llevaría años después a convertirse en una millonaria de gran corazón.

Fue por méritos propios y por la luz que brillaba en todo lo que hacía, que el presidente electo Vicente Fox “la contrató” para que integrara su equipo de gobierno y dirigiera una institución indigenista donde empezó a dar sus primeros pasos en la política y en los negocios de verdad, consiguiendo sus primeros contratos para sus empresas, aunque ella insiste y afirma que no hubo nunca conflicto de interés en el hecho de que ella fuera una funcionaria de alto nivel del gobierno federal que recibiera contratos de instituciones federales. Todo fue legal a pesar de que nunca declaró ante el SAT la información de rigor sobre la propiedad de sus empresas.

En el gobierno de Fox trabajó pocos años, pero en adelante, seguiría moviéndose en los círculos del poder de sus amigos políticos, de tal forma que todavía en el gobierno de Felipe Calderón frecuentaba a los personajes más encumbrados de la política panista, incluso después de 2012 cuando el PRI retoma las riendas de los negocios públicos con la elección de Peña Nieto.

El gran salto lo daría esta hija de Hidalgo cuando en 2015 asume las riendas de la jefatura de la delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México. Ahí sí que le dio rienda suelta a todo el potencial empresarial de sus dos negocios principales: tenía apenas 29 años cuando fundó High Tech Services, S. A. de C. V. y tenía 35 cuando creó una empresa filial: Operación y Mantenimiento a Edificios Inteligentes S. A. de C. V. (OMEI). Con estas empresas y su poderosa influencia en la delegación, logró de forma milagrosa que varias empresas desarrolladoras inmobiliarias que deseaban construir preciosos edificios en la citada demarcación, por arte de magia contrataran a sus propias empresas mediante contratos que suman, entre todos, poco más de mil millones de pesos ($1,075 millones).

Así logró nuestra joven empresaria pasar de clase media a clase alta, pues salió de la delegación Miguel Hidalgo convertida en empresaria millonaria y en una senadora que no necesita de su salario mensual porque solamente en sus gastos de seguro médico mensual se da el lujo de pagar $130,000 (ciento treinta mil pesos), un poco más que todo su salario de senadora.

Xóchitl es, definitivamente, el ejemplo a seguir. Si tú quieres superarte y hacerte millonario, debes seguir el ejemplo de Xóchitl. Ella es lo que México necesita: una persona esforzada, emprendedora, con espíritu de superación y con ánimo ganador. Por eso nada mejor que su lema de campaña “México merece más” y México merece ser gobernado por una rutilante indígena que surgió de la pobreza y una familia disfuncional, para convertirse con el paso de los años y su propio esfuerzo en una empresaria de éxito que motive a millones de mexicanos a seguir su camino de superación y éxito.

Habib Succar Guzmán