Tlaxiaca la misma gata pero revolcada
Por Marco Antonio Olvera
El próximo 2 de junio, no habrá cambio de poderes en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, pues se presentará a la misma gata, solo que revolcada una de naranja y otra de Morena.
Y es que mientras la impuesta por el gobierno de Julio Menchaca y Marco Antonio Rico, anda dando palos de ciego y tratando de darse a conocer, rodeada de buitres que buscan su hueso, el “niño naranja” engaña a incautos a quienes promete la luna y las estrellas; ambos sin experiencia en las grandes ligas, solo simples aldeanos.
Y ninguno de los dos, a unos días de iniciar la campaña, ha presentado una propuesta sólida que busque el progreso, la inclusión y la defensa de los recursos de Tlaxiaca.
Por su parte el gallo verde, como se autopresenta, está más verde que nunca. Los tres con grandes pendientes ante la sociedad, no saben a dónde van y mucho menos cómo ganar una elección que se torna difícil y hasta violenta.
Y se torna violenta, porque grupo Arther se niega a dejar el poder, primero por el desvío de más de 600 millones de pesos en sus casi cuatro años de gobierno.
Además de tener a su secretario de gobierno, Héctor Olvera González en la lista de los mayores huachicoleros, según consta en los archivos de la Procuraduría General del Estado de Hidalgo (PGJEH).
El chiste a Arturo Hernández le costó pagar más de 5 millones de pesos para que “congelaran” a su pequeño delincuente, claro sin olvidar que estuvo fuera de circulación por más de un mes.
El pueblo de San Agustín Tlaxiaca sigue incrédulo ante la intromisión de poderes fácticos, y hasta con la decisión de aplicarle el voto de castigo a Morena, que de paso se convertirá en un talón de Aquiles al gobierno de AMLO y al próximo de Claudia Sheinbaum, quien no podrá tener la mayoría en el Congreso para modificar algunos artículos de la Constitución.
Hay quiénes no quieren que Tlaxiaca progrese, porque hay que recordar que el 40 por ciento de su población vive en pobreza, mientras que el 8 por ciento en pobreza extrema.
Quién de los tres candidatos se convertirá en la misma gata, pero revolcada, a fin de tapar los robos, desvíos y despojos en los que ha caído Arturo Hernández, quien de no haberse olvidado de sus raíces humildes y honestas, se hubiera convertido en el mejor presidente de Tlaxiaca en los últimos 30 años.
La moneda está en el aire, ahora al pueblo le corresponde no ser cómplice de llevar al próximo inquilino al Palacio Municipal, porque tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata.