Murió el Papa Francisco a los 88 años: el Vaticano decreta luto mundial

A mis queridos sacerdotes, comunidades religiosas y a todo el pueblo que peregrina en la Arquidiócesis Primada de México.
En este tiempo santo de la Pascua, en que celebramos con gozo la victoria de Cristo sobre la muerte, elevamos nuestro corazón agradecido a Dios por la vida, el testimonio y el fecundo ministerio de Su Santidad el Papa Francisco.

Tuve la gracia de conocerle de cerca y de compartir con él momentos de comunión, escucha y discernimiento pastoral. Su palabra clara, su corazón compasivo y su entrega incansable por una Iglesia cercana, pobre y misionera, fueron signos vivos del Resucitado en medio del pueblo.

En su pontificado, el Papa Francisco nos enseñó a caminar como Iglesia sinodal, a cuidar de la casa común y a no olvidar nunca a los más pequeños y a los más vulnerables, además de abrir el corazón al clamor de los pobres y a acercarnos sin miedo a las periferias existenciales donde habita el sufrimiento humano.

Su vida fue un evangelio encarnado, una llamada permanente a la conversión, a la fraternidad, a la esperanza y a la sinodalidad.
Hoy, en la luz pascual, damos gracias al Señor por haberlo suscitado como Pastor universal en este tiempo histórico. Confiamos en que Cristo Resucitado, a quien amó y sirvió con todo su ser, lo ha acogido ya en la plenitud de su Reino.

De manera especial, lo encomendamos a la amorosa intercesión de Santa María de Guadalupe, por quien el Papa Francisco tuvo una profunda y entrañable devoción. En más de una ocasión expresó su cercanía espiritual con nuestra Morenita del Tepeyac, acudiendo a ella como consuelo y guía. Hoy, confiamos en que Ella lo ha recibido también como hijo amado y peregrino fiel.

Aprovecho este medio para convocar a los fieles, comunidades religiosas y sacerdotes, que tengan posibilidad, a participar en la celebración de la Eucaristía que se llevará a cabo en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, a las 12:00 horas, para dar gracias a Dios por la vida del Santo Padre y orar por su descanso en la paz del Señor.

Invito además a todos los sacerdotes de la Arquidiócesis Primada de México a celebrar este día la Santa Misa por el eterno descanso del Papa Francisco en sus respectivas parroquias, y a todo el pueblo fiel a unirse espiritualmente en oración.