El despertar de África y su papel protagónico en el nuevo escenario mundial
Por Marco Antonio Olvera
África está hoy en los ojos del mundo. Mientras Rusia cancela la deuda de 23,000 millones de dólares a países del continente africano y les envía cientos de miles de toneladas de alimento en donación solidaria, Estados Unidos y Francia insisten en seguir sembrando la guerra y explotando las múltiples riquezas de ese gran continente, sin importar la pobreza de su población.
Bajo el suelo de África, con 30.3 millones de kilómetros cuadrados de superficie, se encuentra más del 40 % de las existencias del oro, 55 % de los diamantes, 66 % del cobalto y más del 80 % del platino del mundo.
En contraste, 9 de los 10 países más pobres del mundo se encuentran en África y 40% de la población del continente sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza, es decir, con menos de 2 dólares al día, según datos del Banco Mundial.
El caso de Níger es emblemático. Ahora Francia y Estados Unidos están preparando la guerra en ese país para derrocar al general Abdurahaman Tchiani, quien asestó un golpe de estado en esa nación el 26 de julio pasado.
Tras el golpe de estado, una medida determinante del Comité Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP) ha sido terminar con las entregas de uranio a Francia.
Níger posee los yacimientos de uranio más ricos de África y suministra más de un tercio del uranio necesario para la generación de electricidad en Francia, mientras que solo un 18.6% de la población nigerina tiene acceso al servicio eléctrico, según el Banco Mundial.
Pero es no es todo. Orano, la empresa multinacional propiedad del Estado francés en un 90 %, es la que explota la minería en Níger. Mientras Francia se ilumina gracias, en una medida importante, al uranio de este país africano, más del 80 % de la población nigerina se encuentra sin electricidad.
Durante décadas, la multinacional Orano —antes Areva— ha dejado al aire libre millones de toneladas de lodo radiactivo con posibilidades de contaminar el agua potable.
Más del 40 % de los niños menores de 14 años trabajan en minas de uranio, muchos enferman y mueren sin acceso a tratamiento. Es la consecuencia de la explotación de Francia y Estados Unidos durante décadas a una nación con abundante oro, diamantes y uranio.
Pero ya llegó el momento del despertar de África.
Después de siglos de opresión, resulta comprensible la ola de sentimiento antioccidental que se vive en muchos países africanos.
Ahora mismo está vigente y en marcha la apuesta por el mundo multipolar que propone el líder ruso Vladímir Putin, en lugar de la hegemonía occidental que ha llevado miseria, enfermedad, guerra y muerte a África.
Y mientras crece en el mundo el interés de diversos países africanos por integrarse a los BRICS, Sudáfrica se prepara para ser la sede, del 22 al 24 de agosto próximo, de la 15ª Cumbre de ese bloque económico de países emergentes, la cual tendrá como tema «BRICS y África: asociación para el crecimiento mutuamente acelerado, el desarrollo sostenible y el multilateralismo inclusivo».
Sin duda estamos viviendo momentos de cambios hacia un mundo multipolar, con una visión de bienestar para todos los pueblos del mundo.
Y África, con su despertar, jugará un importante y activo papel en este nuevo tablero mundial.