La verdad detrás del «cambio climático»
Por Redacción.-
La NASA ha admitido que el cambio climático es causado por cambios en la órbita solar de la Tierra y no por los vehículos utilitarios deportivos ni los combustibles fósiles.
Hay suficiente evidencia para demostrar que la NASA ha sabido durante más de 60 años que los cambios en los patrones climáticos son naturales y normales, y que la actividad humana no es la responsable del calentamiento o enfriamiento del planeta.
En el año 1958, la NASA realizó la primera observación de que los cambios en la órbita solar de la Tierra, combinados con las alteraciones en su inclinación axial, son los responsables de lo que los científicos del clima contemporáneos denominan «calentamiento» o «enfriamiento», según corresponda. Esto implica que las actividades humanas, como conducir SUV o consumir carne de res, no tienen capacidad para calentar o enfriar el planeta en forma alguna.
En el año 2000, la NASA publicó información en su sitio web Earth Observatory sobre la Teoría del Clima de Milankovitch, propuesta por el astrofísico Milutin Milankovitch, la cual explica que las variaciones en la radiación solar que llega a la Tierra son el factor más importante que afecta el clima. Sin embargo, esta información sigue siendo desconocida para muchos.
El factor de mayor influencia en los patrones climáticos y meteorológicos de la Tierra es el sol. Dependiendo de la posición de la Tierra con respecto al sol en un momento dado, las condiciones climáticas van a variar drásticamente e incluso pueden crear anomalías drásticas que desafían todo lo que los humanos creían saber sobre cómo funciona la Tierra.
Sin embargo, en lugar de reconocer esta verdad, los «científicos» del clima actuales, junto con políticos de izquierda y medios de comunicación cómplices, insisten en que el uso de bolsas reutilizables en el supermercado y tener un vehículo eléctrico son determinantes para evitar destruir el planeta tan rápidamente que debemos implementar impuestos globales sobre el clima como solución.
En realidad el debate sobre el cambio climático no es un asunto de ciencia, sino un esfuerzo por imponer controles políticos y económicos sobre la población por parte de un grupo de poder desde lo que algunos llaman la élite.