Los equipos de la NFL no tienen que esforzarse mucho para cubrir sus gastos hoy en día, ya que se calcula que cada uno de ellos recaudará 323 millones de dólares de los acuerdos de patrocinio y medios de comunicación nacionales de la liga durante la temporada 2023 antes de vender una sola entrada. Pero los Dallas Cowboys no están pensando en alcanzar el equilibrio, sino en hacer saltar la banca.

El equipo deportivo más valioso del mundo, con un valor de 10,100 millones de dólares, es también el más rentable del mundo, ya que los “Boys” de Jerry Jones obtendrán unos ingresos de explotación estimados en 564 millones de dólares en 2023. El segundo equipo más rentable, Los Angeles Rams, apenas alcanza la mitad de esa cifra, con 286 millones de dólares, mientras que los New England Patriots se sitúan en el tercer puesto, con 261 millones de dólares.

En total, entre los 20 equipos deportivos más rentables figuran nueve franquicias de la NFL, junto con cinco de la NBA, tres de la NHL y tres de la Premier League inglesa. En conjunto, generaron unos beneficios estimados en 3,900 millones de dólares durante la última temporada con datos disponibles, o una media de 195 millones de dólares por equipo, un 12% más que los 20 primeros del año anterior.

La sensación de la NFL

Los Cowboys destacan por sus casi 800 millones de dólares en ingresos locales, procedentes de la venta de entradas, concesiones, merchandising y otros flujos específicos del club. Ningún otro equipo de futbol americano profesional supera los 400 millones.

Pero Dallas ofrece un modelo más replicable en otros aspectos, empezando por el hecho de que procede de la NFL, donde los equipos obtuvieron una media de 143 millones de dólares en ingresos de explotación en 2023 y ninguna franquicia tuvo menos de 56 millones, según las estimaciones de Forbes. Jugar en un gran mercado también da al America’s Team una ventaja financiera, y controlar su estadio le asegura poder extraer el máximo valor de las fuentes de ingresos, incluyendo patrocinios y suites de lujo, así como conciertos y otros eventos no deportivos que se celebren en el recinto.

Tampoco está de más que la NFL -como la NBA y la NHL- mantenga el gasto bajo control con un sistema de tope salarial y un reparto de los ingresos de toda la liga negociado colectivamente entre los jugadores y los propietarios de los equipos. En comparación, en las ligas de fútbol europeas, el Reglamento de Juego Limpio Financiero de la UEFA mantiene las nóminas en consonancia con los ingresos de los clubes, pero por lo demás no hay límite en las tasas de transferencia o los salarios, una razón importante por la que potencias como el Barcelona (que tuvo una pérdida operativa de 145 millones de dólares durante la temporada 2022-23) y el París Saint-Germain (pérdida operativa de 126 millones de dólares) no están ni cerca de la lista de los equipos deportivos más rentables del mundo.

Del mismo modo, la MLB tiene un “impuesto de equilibrio competitivo” para desalentar el gasto excesivo de los jugadores, pero no un límite firme. Ese sistema convierte a los Mets de Nueva York en el equipo deportivo menos rentable del mundo, con unas pérdidas operativas estimadas en 292 millones de dólares en 2023, después de que el club pagara 101 millones de dólares en impuestos de lujo, además de una nómina de 375 millones de dólares.

Sin embargo, los Mets son tan atípicos como los Cowboys. De los 174 equipos deportivos valorados por Forbes en 2024, 141 eran rentables y otros cinco alcanzaron el punto de equilibrio. Y de los 28 equipos que estaban en números rojos, 15 pertenecían a la todavía relativamente incipiente Major League Soccer.

Lejos quedan los días en que la propiedad de un equipo era una mera cuestión de ego, o una apuesta a que las plusvalías de una eventual venta compensarían las pérdidas sufridas por el camino. Ahora, la rentabilidad es la expectativa, lo que ayuda a explicar por qué las empresas de capital riesgo y otros inversores institucionales están de repente tan ansiosos por hincar el diente a los equipos deportivos.

La NFL, por supuesto, es un objetivo tentador, después de que la liga empezara a permitir a las empresas de capital riesgo adquirir participaciones minoritarias en los equipos en agosto. Pero la NBA, que seleccionó a su primer socio de capital privado en 2020 y tiene reglas más laxas para los inversores institucionales que la NFL, pronto podría sacudir la lista de los más rentables. Los nuevos acuerdos de la liga con los medios de comunicación nacionales, que entrarán en vigor la próxima temporada, tienen un valor de más del doble de su paquete actual, lo que pone en marcha una máquina de hacer dinero.